El edificio es un volumen compacto y rotundo, situado sobre un entorno natural rodeado de frondosos árboles, formando un conjunto armónico que se presenta como contrapunto frente a los edificios del entrono próximo, que responden a un urbanismo disperso de periferia.
La vivienda debía resolver un programa extenso organizado sobre una ladera soleada y abierta a vistas extraordinarias sobre el pueblo y los montes del entorno, El edificio se resuelve mediante geometrías depuradas, que articulan el volumen desde el interior de la vivienda, abriéndose a la luz y las vistas selectivamente. La rotundidez geométrica del edificio introduce también materiales y elementos formales que aluden a la tradición y a la modernidad nórdica.