El Puente de Piedra de Bustarviejo, construido en la segunda mitad del S.XIX, forma parte de una red de senderos de gran interés natural y paisajístico, lo que llevó a complementar la restauración del puente con una intervención paisajística en su entorno próximo.
Se realizó la recuperación ambiental del cauce del arroyo, y la creación de una serie de espacios de descanso donde disfrutar de las magnificas vistas del puente y el paisaje circundante. Dichos espacios se configuraron por medio de construcciones de madera, de naturaleza casi efímera, construidos siguiendo un diseño muy elemental que sirve de contrapunto a la masiva construcción de mampostería del monumento.